jueves, 9 de febrero de 2012

PADRES

 LA EDUCACIÓN DE LOS HIJOS
Los padres son los primeros educadores de sus hijos. Lo que los hijos no aprenden en casa, en ningún otro lugar lo harán.

Por lo tanto los padres tienen la gran responsabilidad de crear un ambiente familiar lleno de amor por sus hijos, donde éstos conozcan a Dios, donde se respete a todas las personas y donde los hijos puedan ser mejores cada día, desarrollando sus cualidades y donde aprendan a convivir con los demás.

La familia ha de ser esa escuela donde los hijos aprendan a comportarse en sociedad.



Padres ocupados, hijos aislados.

La falta de afecto hace que muchos infantes se sientan solos, aunque no lo estén.

Si los padres dejan que el ajetreo de la vida diaria y sus diferentes ocupaciones interfieran en su relación familiar, la situación repercutirá de forma negativa en el bienestar emocional de los chicos.

Para que niños y niñas no se sientan abandonados y carentes de amor, los padres tienen que ofrecerles tanto calidad como cantidad de tiempo, y propiciar espacios que les permitan compartir y disfrutar de la mutua compañía.

 El ambiente familiar
 
El ambiente familiar influye de manera decisiva en nuestra personalidad. Las relaciones entre los miembros de la casa determinan valores, afectos, actitudes y modos de ser que el niño va asimilando desde que nace.

Por eso, la vida en familia es un eficaz medio educativo al que debemos dedicar tiempo y esfuerzo.

La escuela complementará la tarea, pero en ningún caso sustituirá a los padres.

Los buenos padres deberán tener un fuerte sentimiento de amor y aceptación hacia sus hijos. El niño que es aceptado y querido íntegramente recibe de sus padres la suficiente atención y consideración personal que necesita.

Cuando el sentimiento de amor y aceptación hacia el niño es verdadero y profundo, tanto el padre como el hijo saben que el mejor regalo no es una cosa, sino la donación de la persona misma del padre o de la madre, el regalo de uno mismo: lo que significa más interés y participación en la vida del hijo, más tiempo compartido con él en jugar, conversar, salir, pasear, etc.

Lo que un niño necesita es la compañía y compenetración afectuosa con sus padres en la primera infancia que es cuando se modelan las características decisivas de su personalidad.



No hay comentarios:

Publicar un comentario