Al igual que la mayoría de los padres, tuve muchos aciertos cuando criaba a mis
hijos... pero también cometí bastantes errores. Ahora que ellos ya son adultos,
me pongo a pensar que habría muchas cosas que hubiese hecho diferente:
. Procuraría recordar, en todo momento que, aun cuando les di la vida a mis
hijos no puedo vivirla por ellos.
. No me dedicaría a acosarlos y corregirlos a toda hora sino a disfrutar al máximo los pocos años que los tengo a mi lado.
. Evitaría vivir tratando que ellos fueran tal como lo soñaba y procuraría conocerlos más para valorarlos más y aceptarlos tal como son.
. Le daría más importancia a gozar el tiempo que estoy con ellos que a presionarlos para que sobresalgan y poder gozar con sus triunfos.
. Viviría menos pendiente de ver qué están haciendo mis hijos, y más atenta a ver en sus ojos qué dice su corazón.
. Dejaría de preocuparme por preparar el camino para mis hijos y me concentraría en prepararlos a ellos para el camino.
. Les daría más abrazos, sonrisas y caricias... y menos consejos, instrucciones y advertencias.
. Procuraría fomentarles una mejor autoestima para que vivan más a gusto consigo mismos en lugar de darles más cosas para que vivan más a gusto conmigo.
. Los admiraría más y los criticaría menos para fortalecer sus cualidades en lugar de reforzar sus defectos.
. Todos los días les haría saber, no lo que yo hago por ellos, sino todo lo que ellos significan para mí.
. En resumen... me esforzaría ante todo por darles a mis hijos lo mejor de mí en lugar de concentrarme en exigir lo mejor de ellos.
. No me dedicaría a acosarlos y corregirlos a toda hora sino a disfrutar al máximo los pocos años que los tengo a mi lado.
. Evitaría vivir tratando que ellos fueran tal como lo soñaba y procuraría conocerlos más para valorarlos más y aceptarlos tal como son.
. Le daría más importancia a gozar el tiempo que estoy con ellos que a presionarlos para que sobresalgan y poder gozar con sus triunfos.
. Viviría menos pendiente de ver qué están haciendo mis hijos, y más atenta a ver en sus ojos qué dice su corazón.
. Dejaría de preocuparme por preparar el camino para mis hijos y me concentraría en prepararlos a ellos para el camino.
. Les daría más abrazos, sonrisas y caricias... y menos consejos, instrucciones y advertencias.
. Procuraría fomentarles una mejor autoestima para que vivan más a gusto consigo mismos en lugar de darles más cosas para que vivan más a gusto conmigo.
. Los admiraría más y los criticaría menos para fortalecer sus cualidades en lugar de reforzar sus defectos.
. Todos los días les haría saber, no lo que yo hago por ellos, sino todo lo que ellos significan para mí.
. En resumen... me esforzaría ante todo por darles a mis hijos lo mejor de mí en lugar de concentrarme en exigir lo mejor de ellos.